Nuestra clienta Colette usa sus alimentos gratuitos de Second Harvest para conectarse con su infancia peruana.

Colette llegó al Área de la Bahía a principios de la década de 2000 desde su Lima natal, Perú, con dos niños pequeños, una cantidad modesta de equipaje y un corazón lleno de sueños, característico de quienes dejan todo atrás con la esperanza de un futuro mejor. Al principio, el choque cultural fue abrumador, pero rápidamente comenzó a hacer amigos que le proporcionaron una gran red de apoyo, la comodidad de sonrisas de bienvenida y un lugar alrededor de la mesa.

Muchos de estos nuevos amigos eran de origen mexicano. Ayudaron a Colette y a sus hijos a navegar por las complejidades de un nuevo entorno y los expusieron a nuevas tradiciones y sabores que ella rápidamente aprendió a integrar en su cocina peruana. Colette comenzó instintivamente a crear recetas en las que fusionó ingredientes, métodos y sabores de ambas culturas para crear platos deliciosos. En la mesa de Colette es normal saborear burritos y tacos con ingredientes peruanos como el ají panca o el ají mirasol.

“El ají amarillo es una tradición andina y para mí es importante que mis hijos reconozcan estos sabores tradicionales”, dice Colette.

Ser madre soltera ha traído desafíos inesperados y muchos gastos. Es por eso que durante ocho años Colette ha visitado las despensas que ofrece Second Harvest de Silicon Valley. Afirma que la comida que ha recibido de Second Harvest le permite brindar un menú nutritivo y variado a su familia. Cada mes, Colette recibe cajas con frutas, verduras, legumbres, lácteos y cereales. Ella clasifica cuidadosamente la comida y la pone en su refrigerador y congelador para que dure más tiempo.

De lo que recibe en la caja de la Segunda Cosecha, Colette prepara el tradicional ají de gallina, lomo saltado, y un platillo favorito que le ha transmitido su abuela, la causa limeña. Colette también usa las recetas que le dan en los sitios de comestibles gratuitos y ha asistido a demostraciones de cocina que la han inspirado a cocinar con lo que recibe del banco de alimentos.

Para Colette, los platos peruanos son una conexión directa con su infancia y sus abuelos, quienes tuvieron una gran influencia en su crianza y su amor por la cocina tradicional peruana. Colette dejó muchas cosas atrás cuando vino a vivir a Estados Unidos. Ha sido un proceso de adaptación y crecimiento, y se siente muy orgullosa de haber logrado transmitir a sus hijos mayores los sabores y tradiciones de una cultura que, a pesar de la distancia, siempre tendrá un lugar en su cocina y en su corazón.

“Ver a mi hija, que es vegana, cocinar platos inspirados en la cocina peruana no tiene precio”, dice Colette. “Me alegra saber que al final del día, mis hijos y yo nos reunimos alrededor de la mesa para hablar sobre lo que sucedió durante nuestro día y compartir tiempo juntos mientras disfrutamos de una comida deliciosa y saludable”.

Visite nuestro Centro de Nutrición para probar una de las recetas de Colette hoy.